Muecines y campanas
-Tetuán, Marruecos, 1952-
Plaza Mulay El Mehdi, Iglesia y teatro español (Tetuán).
Tarjeta postal. Tetuán, Calle de la Luneta.
MUECINES Y CAMPANAS
¡Muecines y campanas¨
¡Qué dulce vuestro son,
en la tarde silente,
cuando se pone el sol…!
Es la hora del Magreb…
¡Venid a la oración!
Las campanas voltean
su bronce llamador
porque el Ave María
-la que Gabriel cantó-
suba al trono celeste
del Padre Creador…
Y cantan los almuédanos
con religiosa unción
recordando al creyente
que solo existe un Dios…
¡Muecines y campanas!
¡Qué alegre vuestra voz!
MURALLA REAL DE CEUTA
Muralla Real de Ceuta,
con su proa rumbo a España.
Barco de piedras inmóviles,
entre dos mares hermanas,
que encuentran, en el Estrecho,
corrientes que las enlazan.
Muralla Real de Ceuta,
con su bandera bien alta,
con la lepra de los siglos,
en su piel, acribillándola.
En brazos del sol poniente,
teñida de oro y naranja,
pareces lanzar al aire,
las sirenas y las salvas
con las que los barcos dicen
adiós, al levar el ancla...
Pero sigues, allí, quieta,
corazón de la avanzada,
pulsándole a las mareas
secretos de espuma y nácar...
Por tus almenas vigilan
bayonetas de mi patria.
Andalucía en tus ojos.
Marruecos a tus espaldas.
Muralla Real de Ceuta,
con la proa rumbo a España.
Uniendo. No separando.
Muralla Real. Muralla.
PRESENTIMIENTO DE TETUÁN
La vez primera que crucé sus calles,
una angustia en las sienes me latía...
Tetuán, para mí, dormivelaba...
Mis pasos, en el barrio se perdían...
Sentí mi ropa de europeo ajena...
Pero yo, no... Y en mi alma, fibra a fibra,
oí una voz diciendo: estás de nuevo
con tus hermanos, en tu casa antigua;
no es un disfraz ponerte la chilaba,
es... ¡volver a vestirla!,
volver a ser el moro valenciano
que fuiste en tu Ruzafa levantina,
cuando el Cid te pidió para Babieca
el agua de tu acequia fresca y limpia...
Entonces comprendí por qué en España,
sin ver a Tetuán, lo presentía.
Tener nostalgia de lo nunca visto
porque el alma ya tuvo aquí su cita...
Memoria de haber sido en otro tiempo
lo que quisiera ser en esta vida;
ese tolba que va todos los viernes
con los caídes rumbo a la mezquita,
o el almuédano aquel que en los crepúsculos
llama a oración con viejas melodías...
Soñando, caminando,
las puertas a mi paso se entreabrían.
Un dulce cuchicheo me brindaba
el retorno, por fin... a la "familia"...
Poeta -sin Corán- de una Valencia
-¡Sueca, Alfafar, Benifayó y Alcira!-
de moros convertidos noblemente
por bautismo de firme reconquista.
Y ahora, después de siglos, el retorno
de estas melancolías...
Foto antigua de la Medina de Tetuán, autor desconocido.
¡Cristo dentro de mí!
¡La fe de Roma por mi sangre, viva...!
¡Mía la Cruz, de todos redentora...!
¡Pero, también, la Media Luna, mía...!
¡Dadme babuchas, dadme una chilaba
y un tarbusch... y dejadme en esta esquina...!
Soy un poeta, moro de Valencia,
que ha hallado en Tetuán su alma perdida...
¿En dónde está el Mexuar...? ¡Quiero que el alba
me encuentre en el jardín de mi Jalifa!
Notas: *Ruzafa: jardín. *Tolba: hombre de leyes. *Tarbusch: tocado masculino. *Mexuar: palacio-residencia del Jalifa.
CUANDO PASAS POR MI LADO
-Romance cristiano-judío-
Cuando pasas por mi lado,
siempre a mirarme te vuelves.
Lo sé porque yo también
me vuelvo sólo por verte.
Y yo digo: ¿Quién será ésta...?
Y tú piensas: ¿Quién es éste...?
Y nos miramos los dos,
sin querer, y nos parece
que hay un algo que se gana
en el algo... que se pierde.
Después, las horas, los días,
las semanas y los meses,
sin que en la calle siquiera
nuestros pasos se tropiecen...
Ahora, que ya te conozco,
quisiera no conocerte.
El fuego del disimulo,
quemando la leña verde,
con el tormento insufrible
de si sabrás, de si entienden...
De vez en cuando... ¡el adiós!
Ni el adiós, algunas veces...
Y yo, soñando contigo,
sin hablar, sin atreverme...
Y tú, soñando conmigo,
en un paisaje de nieve,
que de tu casa a la mía
su blanca sábana tiende...
Ya sé que no puede ser,
que en tu casa no me quieren...
porque vengo de otra sangre
y otro mundo diferentes...
Pero dejemos al alma
una esperanza rebelde...
EN VOZ BAJA
-fragmento de amor-
Una mano en el viento
y el viento que al pasar
me llena de contento...
Una frente encendida
y el fuego de esa frente,
quemándome la vida...
Te deseo a todos horas;
me paso el día buscándote...
La mañana...
La tarde...
De noche, solo entre sueños
puedo, amor, acariciarte...
Si al pasar me das la mano,
con ella me das la vida.
Dentro de mi mano va,
para ti, mi alma escondida...
Te siento venir.
Te veo llegar.
Tus ojos me llenan
de espuma de mar...
Nadie sabe que yo a ti
te quiero. Nadie lo sabe.
Ni tú, amor mío,
ni tú, ni nadie...
Tan solo el viento velero,
tan solo el aire
¡ay! porque yo se lo he dicho...
¡ay! para que te lo cante...
Pero si tú lo supieras
o si tú lo adivinaras,
no se lo digas a nadie
¡por la gloria de tu cara!
Porque en secreto
saben mejor las miradas,
las caricias y los besos...
Ya lo sabes.
Una mano en el viento
y el viento que al pasar
me llena de contento.
Ya lo sabes.
Una frente encendida
y el fuego de esa frente
quemándome la vida.
Al margen del loco mundo,
conjugando el verbo amar...
Tú, en mis versos. Yo, en tu boca.
Tú, en el monte. Yo, en el mar.
Genaro Lahuerta (Valencia, 1905 - 1985), Zoco marroquí.
Ya que en silencio ha de ser
este querer sin quererse,
este cilicio de estar
juntos sin comprometerte,
este abrazarnos en sueños
y esperar inútilmente...
-porque lo leo en tus ojos
y tú en los míos lo lees-
-tormenta de razas, guerra
de prejuicios y leyes-,
ya que es así sin remedio,
al menos, cuando me encuentres,
cuando pases por mi lado,
¡vuélvete a mirarme siempre!
Mariano Fortuny y Marsala (Reus, 1838-Roma, 1874), Mujer marroquí, 1866, Galería Nacional de Arte deWashington, D. C., colección on line.
¡El sol del mediodía!
Y bajo el sol, el sol
de amor de tu alegría...
Unos labios ardientes,
celando la blancura
tropical de tus dientes.
Una voz ceceante...
... hablando con un ritmo
medio vals, medio cante...
Ojos como montañas,
detrás de la armonía
floral de tus pestañas...
Las rodillas ligeras,
clavellinas al viento
de veinte primaveras.
Y el nardo de los muslos,
trepando a las caderas.
Y en el pecho, el latido
moruno de tu sangre,
caliente y conmovido...
Y sobre tantas cosas...
¡tú, en la puerta, esperándome
bajo un arco de rosas!
*Nota: Este poema se había publicado ya en el libro "Siempre y nunca" (Valencia, 1942).
NOCTURNO DE TETUÁN
El guembri, a la media noche,
sonaba como un lamento.
La favorita del Hach
paría a su primogénito.
Chillaban los arrayanes
doblándose con el viento
y en la reja de la alcoba
se evaporaba el té hirviendo.
Las viejonas del harem
-en sordina el cuchicheo-
bordaban de rosas verdes
la colcha del nacimiento...
Si es varón, será Mohamed,
por ser el hijo primero,
porque el nombre del Profeta
le dé su celeste aliento.
Y si es niña, será Fatma,
llamándola así en recuerdo
de que a la hija de Mahoma
-¡Dios con él!- así pusieron...
Por las callejas vecinas
se dispersa un regimiento.
Legionarios con permiso
buscan el rincón del Ghetto
donde en sábanas ajenas
escuchen agudo y cierto
el toque de la diana
para el ardor de sus besos.
Raquel traiciona a Zoraida
en la calle del Comercio
cuando en las horas perdidas
pasan los muchachos, ebrios...
El amor empuja, rápidas,
las babuchas de los celos.
Desde todas las esquinas
hay dos ojos en acecho,
esperando desde siglos
la limosna de unos versos.
Pero están las celosías
tan mudas, tan en silencio,
que no hay galán, al pasar,
que presienta su secreto...
Mariano Bertuchi, Azoteas de Marruecos.
En derredor de la casa
del Hach, de "chau chau", el pueblo...
¿Será niño, será niña...?
¿Guapa, fea, vivo, muerto...?
Esclavas de doce abriles
rellenan los esencieros,
derramando los perfumes
sobre las mesas de cedro,
colgando de alegres risas
las tallas de blancos yesos.
Esclavas de doce abriles,
mujeres antes de serlo...
Jaiques, jaiques, jaiques, jaiques...
Velos, velos, velos, velos...
Surtidores y arrayanes
le daban envidia al cielo.
El guembri de media noche
sonaba como un lamento...
Risas, prisas, risas, prisas...
Ayes, rezos, ayes, rezos...
La favorita del Hach
paría a su primogénito.
¡La luna de Tetuán
decoraba el nacimiento!
*Notas: *Hach: quizá corresponda a la palabra Hadj, "tratamiento que reciben los que van a la Meca". *Jaique: capa árabe con capucha.
MENSAJE A LA PRINCESA LAL-LA AIXA
-que, inesperadamente, se destapó el rostro
bajo el cielo de Tánger, en la primavera de 1947-.
Vuestra Alteza Imperial,
mi Señora Princesa:
deseo que en mis versos
solo vea,
respetuosamente,
todo mi desencanto de poeta.
Bajo el cielo de Tánger
y en vuestra dulce lengua,
habéis dado a la rosa de los vientos
-sin voz de tradición- la extraña nueva:
"PODÉIS MUJERES -exclamasteis-
DESCUBRIR VUESTRO ROSTRO. NO SE PECA".
Y, dándoles ejemplo, les hablasteis
a cara descubierta
como quien rasga el velo, sin saberlo,
del misterio más dulce de la tierra...
Alteza: os hemos visto.
Os hemos visto y... ¡sois muy bella!
Pero ya lo sabíamos... sin veros.
Aún mejor: pues soñábamos... que lo erais.
Nada como pensar: ¿Cómo será?
Nada como no ver... ni estando cerca.
Señora: el Occidente tuvo Oriente
por los rostros ocultos de las hembras
de ese "Magreb" cuajado de Giraldas,
chilabas, morabitos y palmeras.
Por los rostros velados, encendidos
de pupilas inmensas...
Por el ansia de aquel tesoro oculto,
florido de coránica sorpresa...
Por esa sed de labios que al no verlos
tornaba nuestras bocas más sedientas...
Aspirar... Presentir... Adivinar...
¿Me comprendéis, Princesa?
¡El Occidente tuvo Oriente!
¿Van a perder su "oriente" hasta las perlas?
Vuestra Alteza Imperial
-la sangre de Mahoma en vuestras venas-
ha mostrado a la luna de los zocos
esa cara moruna y macarena
con que Alá os regaló
en señal de celeste complacencia.
¡Poetas del Marruecos de mi alma:
por la ruta de Fez muere una estrella,
la que ilumina el rostro de las novias
cuando el varón, ya esposo, las desvela!
¡Llorad bajo los cedros de Ketama
tremolando al azul verdes banderas!
¡Gemid en el camino de Rabat
donde la rosa traicionó su esencia!
Las mujeres que fueron de misterio
son ya mujeres... ¡europeas!
Mujeres. Sí. Mujeres.
Ya, nunca más, huríes. Ahora, hembras.
Sus labios son de todo el que las mire.
Su risa es ya de todo el que la quiera.
Yo ruego que en mis versos, Lal-la Aixa,
sólo veáis, Alteza,
respetuosamente,
todo mi desencanto de poeta.
Porque soy un poeta de Marruecos
y verso a verso, al pulso de mis venas,
he cantado en las suras de mis sueños
eso que ahora olvidáis: la luz secreta,
la penumbra sin fin de un Ramadán
de presagios, suspiros y promesas,
mientras rumian las fuentes de Marrákex
a la orilla desértica,
por ese rostro bello y presentido
que sólo un dueño puede ver de veras.
¡Si era el rincón del mundo,
si era el único sitio de la tierra
donde el rostro tapado
no ocultaba la voz carnavalesca,
donde el velo coránico
no tenía sentido de careta!
¡Si era vida sin nombre,
vida de vidas verdaderas,
como fuentes que son más cristalinas
cuanto más subterráneas y secretas!
"¡PODÉIS, MUJERES, DESCUBRIR EL ROSTRO!"
Vuestra Alteza Imperial, Señora, ordena.
Quizás tengáis razón, vuestra razón...
¡Pero no la razón de los poetas!
*Notas: *Lal-la: tratamiento de las damas.
*Sura es lección o capítulo del Corán.
YEBALA
Montañeses de Yebala,
con su turbante ladeado,
igual que los calañeses
de los niños ecijanos...
Montañeses de Yebala,
mozos de chilaba corta,
con aires de guayabera,
llenos de gracia española...
Montañeses de Yebala,
fáciles en el hablar,
marchosos en los andares,
flamencos del Alcorán.
Nostálgicos de unos toros
que ya nunca lancearéis...
Montañeses de Yebala,
¡mi verso os quiere prender!
LA CALLE DE LA LUNETA
La calle de la Luneta
dicen que tiene un misterio.
Hay una casa cerrada,
con un balcón entreabierto,
al que no se asoma nadie
desde hace ya mucho tiempo.
De madrugada, los sábados,
se escucha un romance viejo
como si la voz saliera
de los terrados del Ghetto,
con nostalgia de un amante
galán de cristianos versos
que un día tomó el camino
de Castilla y ya no ha vuelto...
No es la casa, que es la calle
toda, entera, en su lamento
la que levanta un rumor
de rimas que se perdieron...
¡Ay, Luis Antonio de Vega,
poeta de este Marruecos!
¡Dale a mi verso la luz
del alma que yo aún no tengo!
Tú, amigo, conoces bien
la verdad que hay aquí dentro.
Genaro Lahuerta, Pueblo marroquí, colección privada.
Postal Tetuán, Nostalgico Calle de Attarin, 1950.
La lira de Tetuán
fue tuya, tuyo su acento...
Llama a Sultana Cohen,
que ella... ¡debe de saberlo!
La calle de la Luneta
dicen que tiene un misterio...
CANCIONCILLA DE LOS PUERTOS
I
LARACHE
En el puerto de Larache
tengo una barca velera.
Con las naranjas del Lucus
voy, mar adentro, con ella...
Si me descuido,
daré con las Canarias
en un suspiro..
Gigante brisa...
No soples en mi vela,
que voy sin prisa.
II
ARCILA
Puertecito de Arcila,
tiende tus redes,
que el sol de la mañana,
secarlas puede...
Barca moruna.
Almadraba española
bajo la luna.
De noche y día,
por el puerto arcileño,
la vida mía...
III
ALCAZARSEGUER
Puerto de Alcazarseguer.
Los capitanes no pueden
anclar sus barcos en él.
Puerto chiquito.
Con el nombre "Victoria"
tengo un barquito.
Y es tan pequeño,
que mi niña y yo solos
bogamos dentro...
SOLEARES
"Tu cara quisiera ver.
Me van a casar contigo
y aún no te he visto, mujer..."
Un guembri tímido, tiembla.
Canta sus penas Hamed.
Moros y españoles, juntos,
en silencio, están con él...
... escuchando las marruecas
coplas de olvido y desdén.
Lamentos de soleares...
-ritmo sin norma y sin ley-.
Soleares de los moros...
Soleares del harem...
Soleares andaluzas
con jaiti, chilaba y té.
El cielo de Tetuán
tiene un brillo cordobés.
¡Qué "jondo" se mete el cante
con nostalgias del ayer!
La tarde acaba jaleando,
jaleando por un querer.
Sobre la prima del guembri
llora sus penas Hamed.
Moros y españoles, juntos,
en silencio, están con él.
Mariano Bertuchi, Tentuán, Marruecos.
"Me van a casar contigo
y aún no te he visto, mujer..."
Los moros dicen "Alá".
Los españoles, "Olé".
El sol se muere por Cádiz...
La luna nace por Fez...
*Notas: * Haiti, Jaiti o Jaite: pieza de tela de colores que cubre las paredes.
MARRUECOS, EN MIS CINCO AÑOS...
-Recuerdo infantil-
Mi padre, capitán, aquí en Marruecos,
y mi madre, conmigo, allá en Valencia.
Mis cinco años, ausentes de la angustia
de los partes de guerra,
y mi madre, entre lágrimas,
esperando la carta que no llega...
Por fin, de Tetuán, el telegrama:
"Estoy bien". Y después, muchas tarjetas
en colores y fotos de la casa
de Maimuna y Yamil junto a una huerta,
con un patio de alhambra recordando
una Granada en la memoria presa,
y el padre, ciego, con la nieve triste
del turbante de seda en la cabeza...
Fotos del Gurugú y de Zelúan,
de Segangan, Nador y de Alhucemas.
Morabitos de cuentos infantiles.
Mezquitas de leyenda.
Todo un mundo de ensueño en las postales
de un correo de gozo y de tragedia...
Y un buen día, el ascenso a comandante,
pregonado, de noche, por la prensa:
"¡La «Corres», con la lista de las bajas
y los ascensos...! ¡La Correspondencia!"
Mi madre, no lo olvido,
¡se puso tan contenta!
y me besó en silencio
y la vi sonreír por vez primera
bordando por las nuevas bocamangas,
con ocho puntas, la dorada estrella...
Antiguo buzón de Tánger, autor desconocido.
¡Marruecos de mi infancia: no te quiero
recordar, ni saber quiero cómo eras...!
Siento los ojos tristes de mi madre,
sin descanso, por ti, de centinela...
Y ahora te miro y me parece un sueño
este idilio de amor que a ti me lleva
y esta pasión de España, encandilada,
fundiendo tu estandarte a su bandera...!
Por aquella amargura de los míos
-calle del Mar, el año diez, Valencia...-,
¡yo te pido, Marruecos, la alegría
de la paz de hoy, inmarcesible, eterna...!
EL RÍO MARTÍN
El río de Tetuán
fue más hondo en otro tiempo.
Tenía anclada una escuadra
de bergantines veleros...
Del Guadalquivir de España
bajaban al dulce puerto
de las aguas tetuaníes...
Y hoy, el río... ¡es tan pequeño!
Se fue dejando en la mar,
suras, mástiles y sueños...
En el fondo de ese río
duermen muchos marineros
que los reyes sevillanos
mandaron hasta Marruecos,
para en la falda del Gorgues
levantar su campamento.
Sevilla quiso asomarse
aquí, con sus azulejos,
y dejó en Río Martín,
naciente, su claro acento...
Después, moros de la Sierra
Morena, de ardiente verbo,
bajaron al valle de
Tetuán, su aire rondeño...
Parla vieja de los moros,
de los que a Zorrilla dieron
luz para sus orientales
y ritmo para sus versos...
XAUEN
Por estas rampas de Xauen,
de noche, pensando en ti,
subo con mi paso lento,
lento como tu vivir.
Calle de tiendas chiquitas,
de moruno zacatín.
Barrancas, donde los ríos,
sin ser Darro ni Genil,
lloran con guzlas de espuma
por un exilio sin fin...
En el telar de tu casa
me están tejiendo un tapiz
que luego pondré en la mía
con nostalgia marroquí...
¡Oh, luna llena de Xauen,
Xauen de Alí-Ben-Cherif,
encalando las murallas
del africano albaicín!
¡Qué callada la medina!
¡Mi corazón, qué febril!
Tus manos, en el telar
se están moviendo por mí
y el suspiro de mi sangre
no es como el del rey Boabdil,
porque si él perdió a Granada...
... ¡yo, amor, te he ganado a ti!
Por estas rampas de Xauen,
y entre tapias de jazmín,
subo a besarte en los labios...
Después... qué importa morir...
Tarjeta postal, Tetuán, Vadeando el río Martín.
Castellano que se va
con el árabe fundiendo
hasta perderse en la noche
de un ramadán de recuerdos...,
mientras que las viejas lanchas,
sin timón y sin barquero,
tienen anclada en la arena
la brea de su esqueleto...
Por el cauce, sin espumas,
va una nostalgia de remos...
Quisiera bajar al mar,
bogando, pero no puedo...
¡El río de Tetuán
fue más hondo en otro tiempo...!
Mariano Bertuchi, Xauen.
CANTAORES
Cantaores, los de Xauen,
cantando tan en voz baja
que casi no os oye nadie...
¿Qué dice vuestra canción?
¿Polo, caña, soleá,
olvido, desprecio, amor...?
En un carmen derrumbado
se están muriendo las rosas,
hijas de un rosal del Darro.
¡Ya sé lo que cantas tú!
"¡Quién pudiera en esta noche
mirarte, cielo andaluz...!"
Notas:
*Zacatín: sitio donde se instala el mercadillo de ropa.
*Guzla: instrumento musical de una sola cuerda.
*Albaicín: significa "los de Baeza". Por extensión
puede significar "barrio moro".
Mariano Bertuchi, Patio de los Arrayanes, Alhambra de Granada.
NANA DE LA LLAVE GRANADINA
(Inspirada en las llaves que aún se conservan en algunas casas marroquíes y que eran las de las casas de Granada que se llevaron al exilio)
Granada me vio nacer,
llorar me ha visto Granada.
El día que la dejamos,
Boabdil... ¡cómo suspiraba!
¡Ay, de la puerta de cedro!
¡Ay, de la llave de plata!
Granada tiene cien torres
con cien veletas al viento.
Y al compás de las veletas
lloran la ausencia y los celos.
¡Ay, de la llave de plata!
¡Ay, de la puerta de cedro!
Llave de plata...
¡quién abriera las puertas
de mi Granada!
Puerta de cedro...
Con mi llave de plata,
guardo el secreto.
Fuentes del Generalife,
arrayanes de la Alhambra.
¡Ay, de la puerta de cedro
¡Ay, de la llave de plata!
Duérmete el infante,
duérmete el doncel.
Gentes de Castilla
te vienen a ver.
Con el rey Fernando,
la reina Isabel.
La fuente de mármol,
de oro el ajimez,
de plumas el trino,
de agua clara el pez...
Duérmete el infante,
duérmete el doncel...
Nieto de reyes nació,
de los reyes de Granada...
El día que la dejamos,
Boabdil... ¡cómo suspiraba!
¡Ay, de la puerta de cedro!
¡Ay, de la llave de plata...
LA MUNA
Mona dicen los cristianos.
Muna dice el musulmán.
Muna, provisión de víveres
de la Pascua principal.
Muna del Aid-el-Kebir,
con dulces, huevos y pan;
y Mona de los cristianos,
con vino, huevos y sal
-mona de Resurrección,
en Pascua primaveral-.
Mona y Muna en el cestillo
de la fiesta familiar.
¡Venid, cristianos y moros,
juntos en un mismo afán!
¡Bebed y comed, creyentes,
que el día es llegado ya!
Sidna Aisa y Sidna Mohamed
-Cristo y Mahoma- nos dan,
con la promesa del cielo,
leyes de amor y de paz...
¡Vestíos el traje nuevo
y el cabello perfumad...!
¡La Muna de Pascua espera!
¡Vayamos a merendar!
¡Allí donde, junto al río,
crece el boj y el arrayán!
¡Comed, hombres de Mahoma!
¡Hombres de Jesús, libad!
¡Y bailad en corro, juntos,
el aleluya pascual...
Mona dicen los cristianos.
Muna dice el musulmán.
Notas: *Muna: provisiones. De esta palabra árabe deriva sin duda nuestra "mona", la torta adornada con huevos duros y trozos de carne (longaniza, panceta, magro...).
*Aid-el Kebir: Pascua Grande.
*Sidna: Nuestro Señor.
*Sidna Aisa: Jesucristo.
*Sidna Mohamed: Mahoma.